sábado, 31 de julio de 2010

12:20, suena el teléfono

Noche del 1 de agosto.. Te hemos ido a buscar al aeropuerto, hemos estado todo el día intentado poder ir a verte, a recogerte..
Y al fin, a las 12:20 de la noche.. ha sonado el teléfono para ir a por ti, para poder abrazarte tras un mes sin tus bromas, tus tonterías, tus sonrisas..
Hemos estado esperando, ¿cuánto?, ¿media hora?, ¿15 minutos?, la verdad.. no lo sé, se me ha hecho eterno, miraba a cada persona que pasaba esperando que fueras tú, que de entre todo ese barullo de gente, salieras, y pusieras esa cara de: ¡¿Cómo habeis venido?!
Esa sonrisa de oreja a oreja, y tus moflejes sonrojados.. Dios, no parabas de sonreir, y te brillaban los ojos, más de lo habitual quiero decir.. :)
No hemos parado de hablar.. de reír, de contarnos cosas.. y he sentido como mil hormigas recorrían mi estómago cuando me has abrazado, y por fin he vuelto a escuchar tu voz.
Sé que te vuelves a ir.. apenas tenemos tres días, pero, te aseguro que los aprovecharé al máximo.
Y tal y como he hecho esta vez, estaré esperando a que vuelvas, con la misma sonrisa en la cara, y la misma emoción que siente una niña pequeña con sus juguetes nuevos..
Sabes.. Estar contigo es como.. las mañanas de navidad.. esperas todo el año a que lleguen, te levantas y siempre estás feliz, porque ese día, no hay nada malo, y se debe celebrar.
Contigo en cambio, se celebra día a día.. Estoy contigo, y solo tengo la sensación, de miles, y miles de mañanas de navidad, esa felicidad, y ese calor hogareño que sientes cuando llega ese día..
Porque, ya te siento parte de mi.. como las 15 mañanas navideñas que he vivido ya.
Te quiero, te quiero mucho amiga.

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